PARA ESTUDIAR LA BIBLIA NECESITAMOS LA GUIA DEL ESPÍRITU SANTO
Cuando estudiamos la Biblia, existe un peligro que debemos procurar evitar. Es el peligro de aumentar la “información” como lo dice en (1Pedro 3:16-17) ya que podemos llegar a torcer lo que verdadeamente Dios quiere comunicar, por esta razon debemos esperar en la “iluminación”.
En la epoca de Cristo durante su ministerio mientras anunciaba el Reino de Dios, existia un grupo de hombres, los escribas y fariseos, que tenían mucho conocimiento muy amplio de las Escrituras.
Pero, Cristo los llamó “ciegos” porque a pesar de la mucha información que poseían, no tenían nada de “iluminación”.
Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo. [Mat 15.12-14] La Biblia no es cualquier libro de texto. No es otra novela que existe para entretenernos. La Biblia debe encender un fuego dentro de nosotros porque es el Libro que nuestro Creador nos ha escrito.
En la Palabra de Dios hay vida abundante porque de ahí es donde recibimos la iluminación del Espíritu Santo. Por esto debemos depender del Espíritu Santo siempre en nuestros estudios bíblicos.
Primero, como vimos antes, es Él quien nos enseña la Biblia y nos ilumina las páginas para que podamos entender lo que Dios quiere mostrarnos (Juan 14.26). Además, es Él quien nos transforma con su Palabra, de adentro hacia afuera.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. [Rom 12.2]
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (2Cor 3.18)
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. [2Cor 4.16]
Sin embargo, no vaya al extremo con este principio. Muchos quieren decir que sólo necesitan del Espíritu Santo, que Él les dará todo el conocimiento de Dios sobrenaturalmente. Por favor entienda, que la iluminación por el Espíritu no es un sustituto del estudio diligente y metódico de la Escritura.
No sea como muchos hoy en día que quieren usar la obra del Espíritu como una excusa por su pereza. La Biblia dice que el que busca hallará. ¡Busque, entonces! Escudriñe la Escritura con diligencia, disciplina y propósito. El perezoso que se sienta para no hacer nada, no tendrá nada.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo; Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado. [Prov 6.9-11]
Sin bueyes el granero está vacío; Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan. [Prov 14.4]
El que es diligente y escudriña la Escritura todos los días, buscando el conocimiento de Dios como uno busca un tesoro escondido, él encontrará lo que busca (Prov 2.1-9).
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