Jeremías 23:18 Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?
Nuestra sociedad está rodeada de los más variados pensamientos humanos y en lo que respecta a la religiones, todas sin excepción manejan su propia teología, Nos ofrecen sus posturas, pensamientos y razonamientos de la Biblia, a este proceso se conoce como “Teologización”. Es triste saber de pastores y escucharles decir, que no tuvieron tiempo de estudiar la palabra de Dios, para preparar un mensaje o enseñanza, obligados a recurrir a fuentes tales como el internet, o libros de bosquejos para predicadores, o incluso improvisar predicas del RAPTO, es decir, lo que me salga ese RAPTO. No es malo leer a otros predicadores el problema es no verificar , si lo que el autor escribe esta o no basado en la Biblia.
La mayoría, hoy buscan ser reconocidos, admirados, basan sus mensajes en sus experiencias personales, triunfos, prosperidad, metas alcanzadas, sin recordar que al que se le debe dar toda la honra es nuestro soberano Dios. Con insondable dolor en mi corazón he tenido que escuchar a pastores exponer predicaciones escuetas, carentes de la esencia de la palabra de Dios. Nuestra teología debe ser bíblica ya que todas las escrituras canónicas son fuente principal y determinante de nuestras enseñanzas, como lo fueron la de los profetas, los apóstoles y sobre todo la vida y resurrección del hombre que redimió la humanidad, por medio de su sacrificio en la cruz del calvario. Como “Asambleas de Dios”, sostenemos que las Sagradas Escrituras son la infalible norma de doctrina, práctica y conducta, un maestro en una clase con mucha razón, se le escuchó decir mientras impartía su clase que nosotros los pentecostales, nos falta hacer teología bíblica.
El profeta Jeremías, en su contexto enfatiza esta problemática, ya que en aquella época, los líderes que fueron encargados de guiar al pueblo de Israel, descuidaron su labor, y no solo esto, además se comenzó a dar falsas profecías, estos falsos profetas, tenían gran popularidad ante los que les escuchaban, por cuanto conseguían que el pueblo creyera que todo andaba bien, no confrontaban el pecado, más por el contrario, alimentaban al pueblo con vanas esperanzas.
No obstante, el mensaje que Jeremías, impartió de parte de Dios, no fue muy atrayente a quienes estaba dirigido su mensaje, porque le mostró al pueblo la realidad de su condición, algo similar sucede hoy en nuestra época, aunque parece que expresan el mensaje de Dios, no siguen los principios del Reino, el mensaje de Dios se lo presenta sin atacar el pecado, para hacerlo más aceptable, sus mensajes busca alentar a sus oyentes, lo hacen de una forma sutil, y lo que más se ve en nuestros tiempos en relación con los falsos profetas de Jeremías, es la arrogancia y el placer de exaltarse a sí mismos, también al respecto el apóstol Pablo, dice, que vendrán hombres, que hablaran lo que la gente quiere escuchar, ya que se deleitan en complacer los intereses de su audiencia, para así dilucidar y hacer de menos la palabra de Dios, en beneficio de sus propios intereses.
La exhortación de Jeremías de permanecer en el secreto de Jehová, radicó en que los falsos profetas hablaban, de su propia opinión, palabras que el pueblo anhelaba escuchar, mientras que Jeremías buscaba en la presencia de Dios, el mensaje que debía anunciar. Es una gran bendición contar en la actualidad con la revelación de Dios en nuestras manos, por lo tanto nosotros debemos ir al secreto de Jehová, ¿Pero cómo lo haremos? la manera correcta de hacerlo es ¡por medio de su palabra escrita!
Por esta razón debemos cada uno de los que amamos a Dios, basar nuestras prédicas, enseñanzas a través de buscar la voz de Dios en su “Secreto”, para hacer conocer al pueblo el mensaje que Dios quiere dar por medio de su palabra, y no nuestro mensaje, lo que nosotros pensamos o creemos, o como se escucha decir en algunos púlpitos la frase “El Señor me dijo”, Dios me dio una nueva revelación, etc..
Debemos enfatizar nuestra teología en base a la revelación, cada vez que leamos un libro, estudiamos algún tema Bíblico, debemos comprobar si lo que estoy estudiando está basado en la palabra de Dios, y si es así aprovechar esa información. Se debe tener muy en cuenta que “Teología sin revelación no es teología”. Desde el momento que empecemos a transmitir el mensaje que Dios quiere, podremos apreciar en nuestras congregaciones cristianos amadores de Dios y su Palabra... por esta razón, “volvamos al secreto de Jehová”.
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Ore pidiendo a Dios, sabiduría para volver a su Secreto.
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